Con un suave giro del cuello enderezó la cabeza. Tenía que ser muy cuidadoso, no podía despertarla. Tras siete meses compartiendo la cama con ella sabía que un movimiento brusco la despertaría. Por el ruido no se preocupaba, ella nunca escuchaba el despertador. Ni siquiera escuchó la olla a presión que le explotó en la cara a la vecina del piso de abajo una madugada en la que dominada por la etapa maníaca de su enfermedad decidió cocinar fríjoles para toda la ciudad.
Durante los siguientes dos minutos y veintitrés segundos se dedicó a levantar el cobertor. Una labor agotadora, si se tenía en cuanta la lentitud del movimiento. Ahí estaba. De nuevo ante sus ojos brillaba su premio. Suspiró al anticipar el gozo que veía venir. Con manos temblorosas, retiró suavemente la venda que protegía el dedo índice izquierdo. Esas manos de dedos largos y delicados. Fue lo primero que llamó su atención. El día que la conoció no pudo dejar de preguntarse como se sentirían esos dedos largos y delicados jugando con su cara, con su pelo. No retiró la venda por completo. Dejó un pequeño trozo pegado, lo suficiente como para pegarla de nuevo y encubrir su crimen. Enloqueciendo de pasión pegó su boca a la pequeña herida que ella ostentaba en su dedo, succionó suave, sintiendo su sabor, su esencia, sintiéndola suya, toda suya. Al día siguiente ella se preguntaría porque no sanaba su herida. Y él se encogería de hombros y se daría vuelta para ocultar su sonrisa de satisfacción.
Mientras suena: Saeglopur. Sigur Ros.
septiembre 3, 2010 a las 1:56 pm |
MMMM
No se por qué no entiendo…
Que imagen mas rara
septiembre 7, 2010 a las 9:17 am |
Hola Juli.
¿Qué no entiendes?
Un abrazo.
septiembre 6, 2010 a las 6:57 pm |
Era un vampirooooooooooo
septiembre 7, 2010 a las 9:18 am |
Y uno que ella nunca vio venir.
Un abrazo.
septiembre 7, 2010 a las 8:23 pm |
Y.. tambien creo en los vampiros se me olvido decir.
septiembre 8, 2010 a las 1:22 pm |
Eso debe estar muy, muy abajo de tu cama.
Un abrazo.
septiembre 11, 2010 a las 9:15 pm |
Si quieres algo, dejalo libre. Si vuelve es tuyo, si no nunca lo fue.
Un relato sútil y bien elaborado querido Danilo. ¿Por qué vampiros? Me da curiosidad!
Mil besos 🙂
septiembre 12, 2010 a las 7:18 pm |
¡Porque siempre están cerca!
septiembre 13, 2010 a las 8:24 pm |
¡Ah!
Pero usted habla de otros vampiros… uff, esos son los peores.
septiembre 15, 2010 a las 3:00 pm |
Del tipo que sean, siempre hay que tener cuidado con los vampiros.
septiembre 18, 2010 a las 8:13 am |
Siempre cerca… Peligrosos los emocionales, de los demás pierde cuidado 😉
septiembre 18, 2010 a las 10:37 am |
Hola Juli.
Si tú lo dices, te creo firmemente.
Saludos.