Noche estrellada

La noche aprovechaba la oscuridad sin luna para desordenar el mundo, izquierda y derecha se mezclaban y nadaban risueñas en el mar. Ella me tomó de la mano y me condujo fuera de la cabaña, el sonido de las olas me guía, dijo cuando le pregunté por qué no estaba perdida. Caminamos en silencio adivinando lo que escuchábamos, una gata blanca se mecía en la hamaca, yo no la vi, pero ella lo supo por el ruido que hacía al cortar el viento con sus uñas extendidas. El perro de la cabaña vecina cavaba desesperado en la playa destruyendo los castillos de arena que los ancianos del pueblo habían construido por la mañana. Un hombre mitad ballena lloraba frente al mar, había sido abandonado por su grupo y paliaba su rabia persiguiendo ninfas de piel oscura. El mar y la noche se juntaban más allá de donde llegaban mis ojos, mira el cielo todas las estrellas salieron hoy, dijo ella y nos sentamos en la arena. Una estrella fugaz cruzó el cielo, pedí un deseo que he olvidado sin cumplirlo. Las estrellas caían al mar dejando un rastro de espuma en el cielo, voy a verlas a todas, dijo ella y se lanzó de cara a la ola más próxima. La esperé toda la noche. La esperé todo el día. La espero desde entonces, la espero todo el tiempo. Los turistas se toman fotos a mi lado y conjeturan sobre mi origen, ya no lo recuerdo, solo tengo claro cuál será mi fin.